De soledad a plenitud

Sentir es el lenguaje de la mirada,
la belleza de su azul,
alma de su figura.
Sentir es la filosofía de viernes tarde,
unas palabras sueltas y sonrisas entrecortadas,
jarabe tinto para dos, noviembre, ayer.
Sentir es una lágrima que necesitaba gritar,
un globo de aire sin ningún tipo de lastre
o un hasta ahora, mañana volveré; prometido.

Sentir es soñar,
un milagro,
estar vivo, amar sin disimular nada.

Sentir es apostar por la química,
tu voz al susurrar Caravane,
la palabra cómplice y recalcar `amigo´.
Sentir es hacer novillos por saber de tu vida,
un café de cantina para dos,
después un paso adelante.
Sentir es entrar en una película del oeste,
nervios para unas manos femeninas,
un beso caramelo naranja, sabor melocotón.

Sentir es ofrecer,
es una locura,
vitalidad, desear estar dentro.

El Retiro una tarde de domingo
Sentir es un paseo nocturno de vuelta a casa,
una embriaguez cual aroma de cuchilla,
aquel viaje circular.
Sentir es un desprecio por el traje;
¡más!, me gustas más desnuda
y el amanecer entre tus sábanas.
Sentir es querer mirarte en la eternidad,
saber disfrutar los momentos
y las sustancias que los iluminan.

Sentir es besar,
estudiar música juntos
en un día índigo.

Sentir es el Retiro una tarde de domingo,
Aquellas pequeñas cosas, Madrid al revés,
el centro de la ciudad por Navidad.
Sentir es llorar de emoción,
echarse unas risas con un Bierzo
en el salón de nuestro hogar.
Sentir es Amaral en los gatos de tu receptor,
Aute en el Suristán, llenarse de felicidad
con un "Aquí", "Ahora" y, "¡Mañana Dios dirá!"

Óliver Yuste.


Comentarios

María Inés ha dicho que…
Verdaderamente!!!!!
Sentir es vivir.