El sombrero guanche

Paisajes, historias y recuerdos,
siempre hay algo que nunca se hace olvidar,
y ese algo se empeña en volvernos cuerdos.


Al colorearse la noche en tonos del amanecer
se hace bajo el hablar de la fortuna del cisne blanco,
que como en el cuento se vuelve bello al perecer.
Ya no importan tantas y tantas palabras prometidas
porque a nadie le interesa buscar el romanticismo,
corrigiendo nuestra mirada al sentir el descontar del corazón.

Busqué formas de salvar la distancia entre los dos
infiltrándome en la razón del concierto hablado,
para ingresar en la esperanza esfuerzos de mis locuras.
Y ese algo se empeña en volvernos cuerdos
al colorearse la noche en tonos del amanecer,
haciéndose bajo el hablar de la felicidad.

Una vez más vuelven a unirse
interrogantes y respuestas,
sonrisas y ritmos desacompasados
que hacen de mil situaciones
tortuosos senderos de tiempos compuestos.
Borrachos en el exterior de la lógica
se hunden los granos de arena
húmedos en el reloj con la exactitud de la ciencia,
pero eso siempre pasa, ¡ahora llegó el momento!

Paisajes, historias y recuerdos,
siempre hay algo que nunca se hace olvidar,
y ese algo se empeña en volvernos a enamorar...

Óliver Yuste.


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