Raquel

A este pequeño sendero
que me ha producido el sentir de tus pasos,
a esta serenidad dominante
reclamo el sabor de tus caricias.

Por tal química de mil curvas,
rosas que queman en el deseo,
que protegen tan ansiado cuerpo,
antojo de tu belleza...


Al océano de las noches,
agua de tu caudal,
mis sueños mimosos
crean un nuevo destino.

A la ambición de hacer surcar
un nuevo día en el latir de mi corazón,
en el vuelo del pájaro azul
que es ese maravilloso sentimiento...

Por fondear en el límite
del lenguaje cómplice de tu mirar
vivo en el tiempo caprichoso,
paciente en el cariño de tu querer.

Óliver Yuste.


Comentarios