Hoy tengo el azul

Hoy tengo el azul
por besar el cielo.
Hoy tengo el azul
por haberme dicho que sí.

Hoy tengo el azul
por inventar una circunstancia risueña
ofreciendo las llamas del corazón,
aquel azúcar que fluye de las pupilas:
un futuro cercano, un sueño aún más real.
Tus horizontes se hacen reflejo al mirarlos
y llueven dentro de ellos melancolías.
Por lograr alguna vez hacerte sonreír...,
hoy tengo el azul.

Hoy tengo el azul
por encontrar su voz, esa melodía...
Hoy tengo el azul
por hacerte la dama de mi fracción.

Arrojarnos de estrella en estrella,
llenarnos las manos con el honor del sol
y al amanecer experimentar canciones.
Me despojaste la escarcha de la piel,
el frío, el desierto y la ansiedad,
y las hojas de un otoño limpiaste de mi jardín.

Hoy tengo el azul
por ser territorio de mi obsesión.
Hoy tengo el azul
por hacerte volar con exacto sentido.

Emanaron los días tan juntos,
así desaparecieron las horas, los minutos
y quedaron los momentos...,
¡aquellos instantes que nunca podremos espiar
en ningún baúl de nuestra evocación!

Cuando llegue otra luna llena
cerraré nuestras ventanas
y en la penumbra será un delirio
acariciar su piel de melocotón.





Hoy tengo el azul
por liberar a las nubes de sus condenas.

Hoy tengo el azul
por haberme escrito tu nombre en mi piel.

Hoy tengo el azul
por darte mis sentimientos sinceros,
regalarte poesías, secretos del alma:
un idioma nada banal, nunca efímero,
para ti, yo no lo quiero sino es contigo.

Quizá fuera la preliminar conversación
por la cual quedé prendido al amor,
chispa dorada que hizo arder a esta hoguera
que con el tiempo ya no era más que troncos marchitos.

Hoy tengo el azul
por hacer cumplir el presente con decisión,
por intentar ser una partícula de tu cosmos.
Por dedicarte una respiración fresca
y no prometerte nada que no pueda alcanzar...
hoy tengo el azul.

Óliver Yuste.




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