Fuiste…

Fue entrar y conquistar los rayos del sol,
fue vivir la sonrisa que imaginé
en mis sueños de aire precioso.
Había tendido mis manos de color amarillo
delante de tu imperiosa ventana.

Fue encontrar la ola que jugaba
con mis pies desnudos en la arena,
fue acariciar la piel suave del oro,
fue deleite...

Fue marcar los pasos guiados en la selva
que se habría al oasis de tu boca,
fue recuperar el pago de una sonrisa,
bendito tributo de la rosa pasión;
quemado por el calor del verano.

Fue encontrar la ola que jugaba
con mis pies desnudos en la arena,
fue acariciar la piel suave del oro,
fue capricho...

Fue el mar en venta al llegar el río
penetrando en cada rincón maltrecho,
fue pensamiento mortal en el paraíso
que, a veces sí, a veces no,
fueron cerrando las heridas del corazón.

Fue sentir la respiración de tu cuerpo
entrando a saco en mi campo muerto,
fue una historia llena de caricias
entre los acordes de nuestras melodías.
Fue un perfume fresco ligado a tu escote.

Fue encontrar la ola que jugaba
con mis pies desnudos en la arena,
fue acariciar la piel suave del oro,
fue ternura...

Fue caído como ángel malherido
en el extraño error del olvido,
fue emprender un viaje espacial
hacia la deseada palabra amor.
Fue la ilusión a principios de mes.

Fue el regalo sin llegar a pedirlo
y llorar cual niño hecho de cielo,
fue entrar en la imagen sonriente del espejo
para vivir mil besos caídos en el infinito,
cuando vuelva salvaré los sentimientos.

Fue encontrar la ola que jugaba
con mis pies desnudos en la arena,
fue acariciar la piel suave del oro,
fue pasión...

Fue el libro de las navidades infantiles
cerca del clima de primavera,
fue el futuro sabrosamente verde
que acompaña al cariño.
Fue una canción que me llegó al alma.

Fue encontrar la ola que jugaba
con mis pies desnudos en la arena,
fue acariciar la piel suave del oro,
fue predilección...

Óliver Yuste

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