No sirvió para nada
llenar el cántaro de miel,
porque al llevarlo a mi boca
quedó convertida en amarga hiel.
Cuanto más me sujetas
más miedo tengo de caer...
Me marché de mi espacio
y me hiciste un hueco en tu piel,
y como en un rosario
recé cada parte, sin entender.
Cuanto más me sujetas
más miedo tengo de caer...
Como una estrella perdida
vagué en tu universo y tuve sed,
y sin pensarlo dos veces
pusiste el océano a mis pies.
Cuanto más me sujetas
más miedo tengo de caer...
Bebe.
Fotografía: Carmen García.
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