Anoche soñé contigo hurgando en el pasado,
relatando tiempos futuros que nunca existirán
cuando ni siquiera nos hemos mirado a los ojos más de tres minutos.
Y me partí el cuello de tanto soñar, de tanto espacio.
Cuando se fueron los miedos
se cruzaron las lágrimas dulces.
Y esquivando las distancias llegué hasta tu ciudad,
sobrevolando tu ventana abierta al mar.
Ayer soñé contigo una noche completa,
o tres segundos nada más,
pero fueron los instantes más preciosos de anoche.
Y me partí el cuello de tanto soñar, de tanto irrealizable.
Y me partí el cuello de tanto soñar,...
de tanto tiempo,
de tanto irrealizable,
de tanto imaginar,
de tanto soñar.
Y me partí el cuello...
Y me partí el cuello...
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