- ¿Cómo va el grupo, Canadá?
- Bien. Estamos acabando el disco. Será el séptimo de nuestra discografía. ¿Sabes?, parece mentira,...
- ¿Ah sí?, !qué bien! ¿Y el single, sabéis ya cuál va a ser?
- Sí.
- ¿Cómo se titula?
- "Sierra y Canadá". El disco también se titula así.
- No, en serio. ¿Cómo se va a llamar?
- Sierra y Canadá, tu nombre y el mío. Estoy hablando en serio.
- Vaya,... pues no sé que decir,... Dame fuego, por favor.
Canadá,... Pensaba que habíamos resuelto todo esto.
- Tú lo resolviste, Sierra. Yo, en cambio, me quedé con tu NO resonando por todas partes, y sólo podía silenciarlo tocando el piano. Compuse una primera canción, que hablaba de nuestra historia. No encontraba ningún título y decidí poner nuestros nombres.
- Me das miedo.
- No te preocupes, no cuento nada privado, como lo de aquella vez en la cama redonda de aquel hotel de la Gran Vía, o lo de aquella vez en aquel taxi volviendo a mi casa,...
Estás sonriendo. ¿Te acuerdas?
- Claro que me acuerdo. Pero dime... ¿De qué habla la canción?
- De robots.
- ¿De robots? ¿C-3PO y R2-D2?
- ¡Ja, ja! No, más bien de los robots de Isaac Asimov y Philip K. Dick. Mira, me dió por la ciencia ficción. Cada noche me ponía a ver Blade Runner porque había algo en la mirada de Rachael, la replicante interpretada por Sean Young, que me recordaba a ti.
- Al fin has enloquecido.
- Sí.
- ¿Me la podrías cantar?
- Me da vergüenza.
- Va... Acábate mi vermouth.
- Mejor.
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