Fotografía: Óliver Yuste.
¿Sabes?, hay tantas cosas que ya no respiran,
miradas que abandonaron los sueños
y canciones que dejaron de vivir.
Tanto tiempo...
¿Sabes?, ya no queda senda ni cumbre,
sólo un territorio en el que esperar
y subsanar el corazón.
Tanta desesperación...
Llueve en un frío doloroso
de un diciembre perenne.
En esta ciudad desolada
donde tanto cuesta continuar.
Lágrimas que ya no están ni a escondidas,
pedazos de alma que ya no se sienten,
fotogramas quemados de unos recuerdos…
Y ahora queda recoger esta vida.
Fue algo maravilloso…
miradas que abandonaron los sueños
y canciones que dejaron de vivir.
Tanto tiempo...
¿Sabes?, ya no queda senda ni cumbre,
sólo un territorio en el que esperar
y subsanar el corazón.
Tanta desesperación...
Llueve en un frío doloroso
de un diciembre perenne.
En esta ciudad desolada
donde tanto cuesta continuar.
Lágrimas que ya no están ni a escondidas,
pedazos de alma que ya no se sienten,
fotogramas quemados de unos recuerdos…
Y ahora queda recoger esta vida.
Fue algo maravilloso…
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