Me ganaste la mirada del mundo
mientras ellos se disipaban en el espacio.
La necesidad de una inspiración
para romper el miedo a vibrar,
el miedo a emociones olvidadas.
Encontrar el segundo y la valentía
para descubrir la luna de dioses.
Descontar el tiempo por angustias heladas
de un relámpago que nunca llegaba.
Una explosión delicada rompió los sentidos,
dejando escapar las puertas de la soledad.
Las luces grises apagaron su existencia
en un fuego febril que congeló el pasado.
Por miedo a caminar deprisa
en los amaneceres de una ciudad desierta.
Por miedo a tus nervios de una copa quemada
y unos temblores que corrían con sonrisas.
Por miedo a inventar aviones de rescate,
por miedo a idealizar un futuro de domingo,
por miedo a desmontar tus razones,
nos despedimos muertos de frío.
Por miedo a tus caricias,
por miedo al placer de tus besos,
por miedo al carnaval de tu piel,
nos echamos tanto de menos…
Óliver Yuste.
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