Yorokobu es una revista fascinante sobre innovación, emprendedores, tendencias, diseño, cultura, inspiración, sostenibilidad, proyectos positivos o algunas marcianadas que ocurren en la Tierra. Pero sobre todo, busca la mejor creatividad que se hace en cualquier parte del mundo para mostrársela al lector, con el objetivo final de inspirar, empoderar, informar y entretener.
De esta manera, hablamos de una publicación con un concepto muy distinto de información, con mimbres de culto y fuera de todo patrón, que atesora un estilo propio muy creativo y desenfadado de contar historias, tanto en su edición digital como en su edición física: una revista mensual con un diseño gráfico muy cuidado y atractivo, con unas portadas seductoras y un contenido muy mimado, que se ha convertido en un espacio de referencia para el análisis, la reflexión, la creatividad y el placer de adentrarse en el mundo de las marcas o en cientos de proyectos inspiradores desde una lectura de sillón. Todo ello bajo un nombre que sus creadores tomaron prestado del japonés y que significa ‘estar feliz’, un buen lema que sirve como hilo conductor a sus informaciones, reportajes y entrevistas.
Editado por Brands & Roses, este magazine está dirigido a profesionales del mundo de la comunicación, el marketing, la publicidad, la creatividad, el diseño, los medios de comunicación, medios sociales, los emprendedores, start-ups, arte, etc. Lectores que se detienen ante historias inspiradoras que muestran que quedan muchas cosas por crear. En definitiva, se focaliza en todos aquellos que quieren conocer proyectos interesantes de las marcas publicitarias, y de la creatividad en cualquiera de sus formas e iniciativas empresariales.
Aunque sin pasado no hay presente. La trayectoria de la revista Yorokobu comienza en el año 2009, cuando Mar Abad y Marcus Hurst se percataron de que no encontraban ninguna publicación que tratase los temas sobre los que querían leer, y así decidieron que lo harían ellos mismos. Desde un primer blog y una creativa presencia en redes sociales evolucionaron a un magazine digital, que poco después se materializó en una revista mensual en papel que se podía adquirir por suscripción, y el 1 de marzo de 2012 Yorokobu se puso a la venta en quioscos de todas las capitales de provincia, además de comercios como Relay, Vips, Fnac, La Central, aeropuertos y estaciones de tren de todo el país. Sin olvidar su hábitat primigenio: Internet, en el que la publicación siempre ha estado presente.
Al principio publicaron 4.000 revistas cada mes, pero después de un año la tirada creció y ahora son más de 30.000 ejemplares los que se imprimen cuando el próximo mes de noviembre cumplen nada más y nada menos que 100 números. Y su distribución también se realiza en nuevos espacios especiales como la Mstore de la fábrica Moritz en Barcelona; en Edonora (Bilbao); en Tetera y Kiwi (Granada); en el Museo de Ideas e Inventos de Barcelona (MIBA); en los aviones de Vueling; o en las habitaciones de las cadenas Room Mate Hotels y Hospes Hoteles.
En su trayecto, la revista ha conseguido numerosos galardones a su labor periodística y de diseño, como el Premio ÑH a la Mejor Revista del Año 2011 y seis Premios Laus en 2010, 2011, 2012 y 2013. También su edición digital ha recibido reconocimientos como el Premio Especial del Jurado en los Premios Bitácoras 2011 y el Premio Laus Oro al Mejor Blog 2012. En la actualidad cuenta con una media de 600.000 visitas al mes.
Yorokobu está en la Web, en Facebook, Twitter, Instagram y en una revista mensual donde el tiempo pasa más despacio que en Internet y en las redes sociales.
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