Ella durmió al calor de las masas
y yo desperté queriendo soñarla.
Algún tiempo atrás pensé en escribirle
que nunca sorteé las trampas del amor.
De aquel amor
de música ligera
nada nos libra,
nada más queda.
No le enviaré cenizas de rosas
ni pienso evitar un roce secreto
De aquel amor
de música ligera
nada nos libra,
nada más queda.
De aquel amor
de música ligera
nada nos libra,
nada más queda,
nada más...
Nada más queda.
Nada más queda.
Nada más queda.
Nada más queda.
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